Hola a todos! Lo primero que quiero hacer es desearos felices fiestas y lo segundo dejaros este video que he hecho para promocionar la historia que estoy subiendo tanto al blog «El diario de Marina» como a Wattpad. Espero que os guste!!
Concurso de AXN
¿Qué os parece el relato con el que he participado en el concurso de AXN?
La red social (3)
Al fin una buena noticia llamaba a la puerta de su oficina. Hacía mucho tiempo que había dado aquel caso por perdido. Era más listo que todos ellos y lo había demostrado de todas las formas posibles. Pero nadie era perfecto y aquel error le iba a costar muy caro. Al fin todas aquellas víctimas, que lo observaban cada día acusadoras por no encontrar a su asesino desde el tablón de la pared, encontrarían la paz.
Se paseó pensativo por su despacho, ése que había sido como una amante exigente, pero la única que le había sido siempre fiel, la única que siempre había estado allí. Ahora tenía que pensar muy bien cómo llevar las cosas. De momento habían conseguido que el hospital y los medios colaborasen con ellos y difundieran a bombo y platillo que el asesino de la red había vuelto a actuar sumando una nueva víctima a su currículo.
De repente su mente volvió al hospital donde aquella valiente mujer le había narrado con pelos y señales todo lo ocurrido. Hoy hubiera sido uno de esos días en los que si hubiera tenido familia habrían celebrado lo cerca que estaba de resolver aquel maldito caso y meter a aquel desgraciado en un lugar donde nunca volvería a ver la luz del sol. En lugar de eso cenaría solo, como cada noche, y pensaría en aquella testigo. El asesino de la red no era tonto, siempre elegía a las más guapas y la prueba de ello eran las fotos del tablón de su despacho. Todas ellas habían sucumbido a sus encantos y habían pagado caro por ello. Recordó cómo la bata del hospital se ceñía sobre él cuerpo de la testigo…
Habían tenido mucha suerte en que ella fuera periodista, en cuanto le hubo contado el plan que querían llevar a cabo para cazar al asesino no dudó en llamar a su periódico y dar instrucciones para que todos creyeran que había muerto. Imágenes de la descripción que les había dado sobre el sexo desenfrenado que habían tenido antes de que intentase asesinarla invadieron su mente imaginando que era él quien le hacía todas esas cosas… El pantalón comenzó a molestarle a causa de la erección que había provocado al evocar aquellas imágenes.
Se sentó tras su mesa, si alguien entraba no quería que lo viesen así. Echó un vistazo a los papeles que descansaban sobre el escritorio y esbozó una triste sonrisa. Lo había perdido todo a causa de aquel caso pero al fin iba a resolverlo y tal vez fuese capaz de volver a tener una vida. No pensó para nada en su mujer y su hijo que vivían lejos y no querían saber nada de él. Los entendía, entendía que lo odiasen por todas las noches que habían tenido que cenar sin su presencia, por todos los actos importantes que se había perdido por su trabajo, por todas las noches que había dormido en otras camas.
Sacó su cartera y de ella la fotografía que le había hecho a la única testigo viva del asesino de la red que se hacía la muerta. No quería que nadie de la comisaría supiera que ella estaba viva, si quería que aquello saliese bien debían engañarlos a todos, además, desde hacía tiempo sospechaba que el asesino pudiera ser un policía. Observó la fotografía, incluso con aquella macabra pose era hermosa. Llamó a su secretaria y le pidió que hiciera una fotocopia de aquella fotografía para el tablón. «¿Otra más?» preguntó escandalizada. Si para aquel desgraciado todo aquello era un juego ahora iba a saber lo que era perder porque ahora quien ponía las reglas iba a ser él.
La red social (1)
No podía creer que aquel fuera a ser su final. Metida en aquella pequeña y estrecha caja sintiendo cómo la vida se le escapaba de entre las manos con cada sollozo, con cada grito de desesperación por que alguien la salvase, con cada respiración… Se quedaba sin aire, sin tiempo, y notaba cómo su cerebro comenzaba a embotarse por la falta de oxígeno.
¿Cómo había sido tan idiota? Era periodista y había hecho artículos relacionados con lo que a ella le acababa de pasar ¿Cómo no se dio cuenta de las señales? Demasiado bonito para ser verdad, demasiado ciega para ver que algo iba mal. Aunque quién iba a intuir nada de eso cuando un hombre apuesto y caballeroso se interesaba por ti. No tenía fotos en su perfil pero eso le había dado igual en cuanto él le había dado todo lo que ella deseaba.
Si instinto de supervivencia no iba a hacer que se rindiese tan fácilmente. Volvió a gritar y a golpear las paredes de madera de aquel cajón. Agotada dejó de patalear y comenzó a llorar sin consuelo. Olía a tierra mojada. Seguro que la había enterrado en algún sitio del que nunca conseguiría salir y donde nadie la encontraría. Había advertido a mucha gente y había sido tan idiota de no seguir sus propios consejos.
Había hecho todo lo que nunca se debe hacer. Hablar con un desconocido, contarle secretos de su vida que solo ella conocía, confiar en alguien que no confiaba en ella, quedar con un desconocido y no decírselo a nadie. Seguro que su madre se pensaba que estaba tranquilamente en casa comiendo palomitas mientras veía una de esas películas lacrimógenas que tanto le gustaban. No la echarían en falta hasta que fuese demasiado tarde.
Él había jugado con ella y se lo había advertido en varias conversaciones «me gusta jugar, la vida es un juego y si no tienes cuidado puedes perder», le dijo en varias ocasiones sin que sonasen todas las alarmas engatusada en una mentira. Ni siquiera el mal presentimiento que tuvo cuando la sonrió al conocerla la hizo huir. Una sonrisa que escondía algo y lo decía todo, iba a jugar con ella y si no tenía cuidado perdería la vida como estaba a punto de pasar.
Pensó en todos los halagos que la había regalado durante la cena preparando todo para que cuando dijera «Ven a mi casa» ella no pudiera hacer otra cosa que decir que sí ¿Quién iba a pensar que un hombre guapo, bien vestido, con un cuerpo de infarto fuera a convertirse en su verdugo?
A su mente llegaron los recuerdos de sus fuertes y viriles manos acariciando todo su cuerpo mientras besaba con furia sus labios despertando sus instintos más primitivos. Su cuerpo duro contra el suyo ardiendo, pidiendo compasión, su sexo húmedo deseando más, desconcierto después cuando él le pidió que se pusiera un extraño vestido de cuero y se tapara la boca. Luego todo se diluía en un frenesí de placer que jamás pensó que podía existir hasta que todo estalló como estallan los fuegos artificiales en un goce intenso que no la preparaba para lo que ocurriría a continuación. «Game over» le susurró al oído, provocando un profundo miedo en ella que se materializó cuando él la golpeó fuertemente contra el cabecero de la cama haciéndola perder la consciencia.
Iba a morir, ya apenas podía mantener los ojos abiertos. Tenía tanto sueño… Tal vez debía rendirse, dejarse llevar. «Game over»… Gritó a pleno pulmón gastando el poco oxígeno que quedaba allí dentro sintiendo ira y no miedo… «Game over».