Bueno, aún no sé cuando esta novela-biografía verá la luz porque mi intención y la de Inés es publicarla del modo convencional con lo cual ahora comienza el arduo viaje de encontrar editorial, aunque yo ya tengo algunas en mente. He de decir que esta es una de las cosas más difíciles que he hecho pues no es lo mismo escribir con otra persona que tú sola pero de algún modo me siento orgullosa de haberlo hecho. Hace tiempo os conté cómo queríamos más o menos que fuera, sin embargo, creo que el resultado no tiene nada que ver con eso que queríamos en un principio. Aún así espero que os guste y para que vayáis abriendo un poco el apetito de leer esta novela os dejo el prólogo 😛
Prólogo
Mi nombre es Inés Barrigas y lo que voy a contar en este libro es mi historia, una historia triste, una historia de esperanza, una historia con final feliz, bueno tal vez agridulce pero creo que eso debéis juzgarlo vosotros mismos.
Nací en Asturias, mi tierra amada, a la que me hubiera gustado volver, pasar allí mis últimos días rodeada de la maravillosa gente que vive en aquellos lares. Sin embargo, ahora estoy segura de que nunca volveré.
Me vine a Madrid con mi familia cuando aún era muy joven y aquí establecí mi vida. Me casé y tuve dos maravillosas hijas a las que adoro, Ainoa y Yulema, y después llegaron a mi vida los tres luceros que iluminan mi vida, mis tres nietos.
Hace seis años pasó algo que cambió mi vida para siempre, algo con lo que tendré que vivir y luchar hasta el último día de mi vida. Yo antes era una persona dinámica, cariñosa, vivía para trabajar. Ahora… ahora todo es distinto, ya no puedo trabajar, vivo sola porque así lo he decidido aunque no estoy sola pues tengo a mi familia que me cuida y a mis amigas con las que puedo salir a tomar un café.
Antes lo tenía todo una casa enorme, un negocio prospero… ahora no tengo nada y no teniendo nada me he dado cuenta de que lo material no te hace feliz, pues ahora que empiezo a darme cuenta de que la felicidad se encuentra en otros sitios. Está en el abrazo de una hija, en la sonrisa de tu nieto e incluso en una charla animada en una cafetería.
Lo único que no ha cambiado en todo este tiempo es mi pasión por la pintura. Lo que antes era un hobbie me sirvió hace seis años como forma de rehabilitación y como forma de expresión.
El camino hasta hoy ha sido largo y difícil, pasando por momentos de desesperación en los que llegué a pensar que era mejor rendirse y dejar este mundo. Por suerte la gente que me rodeaba, sobre todo mi familia, no dejaron que me rindiese, ni dejarán que me rinda nunca. Por muy duro que sea el camino espero ver siempre un rayito de esperanza al final del túnel que me ayude a seguir hacia delante. Hace seis años sufrí un ictus. Esta es mi historia.